Sobre el nuevo período genocéntrico


El camino que abrió Darwin nos ha conducido a la sustancia genética (al ADN). Este descubrimiento nos hace pasar (a todos los grupos humanos) del fenocentrismo al genocentrismo. El centro se ha desplazado de la criatura al creador (de los fenotipos a los genotipos). La sustancia genética es la única sustancia viviente (‘viva’) en este planeta. Nosotros, pues, no podemos ser sino sustancia genética. Esta ‘revelación’ (esta
auto-gnosis) ha partido en dos nuestra historia sobre la tierra. Todo el pasado cultural de los humanos ha resultado arruinado, vacío, nulo... La ilusión antropocéntrica que nos ha acompañado durante miles de años se ha desvanecido. Se ha producido una mutación simbólica (en orden al conocimiento y a la conciencia de sí como sustancia viviente única); el cariotipo humano entra en un nuevo período de su devenir.

Esta aurora, este nuevo día cuyo comienzo presenciamos, alcanzará en su momento a todos los pueblos de la tierra. Pueblos, culturas, tradiciones, creencias… todo lo ‘humano’ desaparecerá. Viene una luz (un saber, una sabiduría) tan devastadora como regeneradora. Esta regeneración del cariotipo humano en el orden simbólico tendrá sus consecuencias. En un futuro no muy lejano hablaremos, pensaremos, y actuaremos, no como humanos sino como sustancia viviente única.

No hay filósofos aún, ni poetas, ni músicos, ni científicos… para este período genocéntrico que inauguramos. No hay nada aún para las nuevas criaturas, para la sustancia viviente única –en
esta nueva fase de su devenir. Nos queda la elaboración de una cultura, de un ‘mundo’ nuevo (digno de la naturaleza de nuestro regenerado, de nuestro recuperado ser). Queda todo por hacer.

martes, 27 de octubre de 2009

8) Para Europa

Para Europa. De los últimos días…
Manu Rodríguez. (27/10/09)

*

*Invoco al Cielo y a la Tierra. Padre Zeus, madre Hera-Europa. Hermanos: Atenea, Ares, Hefaistos, Apolo, Hermes, Dioniso, Artemisa, Eros-Afrodita. Filósofos, poetas, científicos, ingenieros, historiadores, filólogos, juristas, economistas, guerreros, espirituales… enamorados. Europeos, peligra nuestra libertad, nuestra identidad, nuestro sentido. Europa toda corre el peligro de desaparecer. A la cabeza de Europa me dirijo, y a sus brazos laboriosos y combativos; al cielo y a la tierra.
Ni la Europa judeo-cristiana ni la Europa musulmana son la Europa nuestra, la Europa de los europeos ancestrales. Dos culturas extrañas (semitas) se disputan nuestra mente, nuestra voluntad, nuestras manos.
El componente judeo-cristianismo europeo es residual, pero el componente musulmán, reciente y extranjero en nuestras tierras, alcanza ya una población (25 o 30 millones) que les permite amenazarnos, desde sus congresos musulmanes europeos, y desde sus mezquitas europeas, con la futura conquista de Europa ¿a qué se atreverán dentro de veinte años, cuando hayan quintuplicado su número? Cada día más numerosos, más arrogantes, más seguros, más amenazantes. Estamos recibiendo la amenaza de unos extranjeros que nunca serán europeos; que siempre serán extranjeros en nuestra Europa; que odian todo lo europeo, todo lo nuestro. Que ya nos amenazan, nos intimidan, violan a nuestras mujeres y apalean a nuestros jóvenes, atacan nuestras propiedades, insultan nuestras tradiciones... nos matan; en nuestras calles, en nuestras ciudades, en nuestras tierras. Nadie les detiene (gobernantes, políticos…), sin embargo. Se les deja hacer, se les deja crecer. Estamos alimentando un monstruo que amenaza claramente con destruirnos. Mimamos a un monstruo que nos devorará.
Estos huéspedes indeseables han dejado claro sus intenciones de dominio. Es, o ellos, o nosotros.
Europa, amada Europa, despierta, despabila…
Padres celestiales, bienaventurados. Despertad a Europa de su letargo. Esto os ruego. Ésta es mi súplica. Despertadla a tiempo. Esta astenia primaveral, disipadla. Que madure la renacida, la renovada Europa. Padres, hermanos, antepasados: soplad sobre la doncella.
Madre Europa, Madre de las Auroras, Mater Matuta… Padre Zeus, propiciad esta nueva aurora, este nuevo sol, este nuevo día; no permitáis que caiga tan joven.
*Los judíos son anti-gentiles, los cristianos son anti-gentiles y anti-judíos, los musulmanes son anti-gentiles, anti-judíos, y anti-cristianos. Finalmente, los judíos niegan a los cristianos y a los musulmanes, los cristianos niegan a los judíos y a los musulmanes, y los musulmanes niegan a los judíos y a los cristianos. Las tres ramas se niegan entre sí.
Los gentiles son los pueblos negados, anatematizados, perseguidos, eliminados… por los judíos (en su tierra ‘prometida’), y por los cristianos y los musulmanes en todo el planeta.
Dicho esto, hay que decir que, por lo que respecta a la figura misma de Jesús como ‘Cristo’, no puede existir otro anti-Cristo que el hombre que fue Mahoma. Es justamente la antítesis, el antípoda perfecto del hombre que fue Jesús. Basta comparar las respectivas biografías.
Hay que decir también que Mahoma coincide en sus actuaciones con los líderes del Antiguo Testamento, aquellos que conquistaron la tierra ‘prometida’ y establecieron el reino de Israel. El dios de Moisés (el dios de los ejércitos), y de los primeros judíos (Josué y otros), y el dios de Mahoma están muy cerca.
Jesús es una figura excepcional en ese medio. Como hombre espiritual tuvo que seguir la senda de los escritos sapienciales judíos (Salmos, Sabiduría, Eclesiastés… hasta los textos del período alejandrino –Jesús ben Sirach). Probablemente tuvo conocimiento de la escuela de Filón de Alejandría -uno de los más grandes hombres espirituales judíos de todos los tiempos, afín a Jesús, y casi contemporáneo suyo.
El mundo de Jesús es el cielo. El de Moisés o Mahoma es la tierra.
Contamos con suficientes datos (fuentes musulmanas) acerca de Mahoma, los llamados ‘hadiz’o ‘hadices’. No hay que inventarse nada con respecto a la vida de Mahoma. Nada denigrante, quiero decir.
¿Cuál sería la intención de aquellos biógrafos (Bukhari y otros) cuando recogían y transcribían detalles tan ominosos de la vida de Mahoma? Detalles que ya repugnaban en aquella época; que repugnan a los humanos de todas las épocas. No creo que pueda darse un personaje más contrario a la figura y al espíritu de Jesús. Justamente los extremos.
¿Qué tipo de hombre (o mujer) puede seguir a un personaje como Mahoma? Su libido de placer y de poder, de riquezas. Su codicia. Su lujuria. Su rencor. Su crueldad. Su carácter dia-bólico, ambiguo, falaz. Su doble lengua. Está en las antípodas del hombre verdadero, justo, bueno; en las antípodas de la bondad-bella-de-ver. Justamente el anti-tipos.
Su pelo teñido, sus ojos pintados, sus lujosas túnicas, sus perfumes, su gordura…
Vuelvo a preguntarme, ¿cómo se puede tener a Mahoma como ‘gran hermano’, como ‘modelo’… quién? ¿Qué gente, qué espíritu? Nunca comprenderé las razones que mueven a un hombre (o a una mujer) a convertirse en musulmán, en un seguidor de Mahoma. Someterse a tal modelo, ¿quién? ¿Por qué? ¿Cómo?
Jesús es como un hijo de Dioniso y Afrodita nacido en un medio simbólico judío. Se expresó en términos simbólicos judíos. No dispuso de otro lenguaje. Como todos nosotros, en nuestros respectivos entornos lingüístico-culturales, pues estamos atrapados por el tiempo y el lugar en los que venimos a nacer. Y tanto más en la antigüedad. Hoy es posible conocer el legado espiritual de otros pueblos. Ampliar la mirada. Salir.
Mahoma imita un texto religioso -como el judío, o el cristiano. El estilo, el lenguaje. Es una parodia el Corán, una parodia de texto ‘revelado’. Su dios es un dios de los ejércitos, como el viejo Iahvé de los hebreos. Quiere tierras, quiere dominar sobre todas las tierras y todos los pueblos. Quiere ser adorado por todos los pueblos. El dios, el profeta, y el pueblo árabe. Ésta era la ambición de Mahoma. La sumisión (la islamización) de todas las tierras y todos los pueblos.
Ciertamente es también lo que quería Jesús, o al menos los primeros cristianos (Pablo). Un dios universal, una religión universal. Aún tenemos apóstoles y misioneros cristianos propagando la fe cristiana por todos los rincones del planeta. Desarraigando los pueblos, hay que decir, alienándolos. Rompiendo milenarias cadenas de generaciones.
Dudo que el hombre que fue Jesús hubiese aprobado la universalización de su doctrina (y sus efectos devastadores sobre las otras culturas), y mucho menos los medios que se usaron, y se usan, para hacer efectiva tal universalización. Jesús fue un hombre espiritual, y hablaba a los espirituales. Son los místicos los que le secundan, o le comprenden, no las masas. Religión de Estado, Estados teocráticos… todo eso es contrario al espíritu de Jesús, que se mueve en las acciones de la vida cotidiana y en la conducta de cada cual. Es cómo vivir cada uno. Despreocúpate de si el otro cumple o no cumple, no mires al otro, mírate a ti mismo, corrígete a ti mismo… Algo parecido decía también Hesíodo (Los trabajos y los días) con la metáfora del arado. Desnudo, sobre el arado, y ‘que, atento a su tarea lleve recto el surco y no haya de mirar en derredor a sus iguales, sino que ponga el corazón en la faena’. Es una vía personal, como se dice. Individual, intransferible. Es el camino de uno solo. Es un camino de purificación, pero también de iluminación. Jesús habla del fruto, del premio, de los chorros de agua viva… de la luz. De la dificultad de entrar en tal espacio. Habla como místico del espacio espiritual, de la vida espiritual, de la experiencia espiritual, de la vivencia misteriosa. Los pocos místicos que se han dado en el ámbito cristiano han sido sus únicos seguidores, los únicos que comprendieron su lenguaje. No ha habido otros cristianos que los místicos que tomaron su figura y su vida como referencia, como modelo, como camino.
Volviendo a la pregunta ¿quién puede ser seguidor/a de Mahoma? ¿Qué dice ese modelo, ese ‘gran hermano’ a imitar? ¿Hacia dónde conduce a sus seguidores? ¿Qué les mueve a hacer? ¿En qué situación psicológica hay que estar para seguir a un modelo así? ¿Qué mueve, qué encuentra el seguidor, qué parentesco, qué afinidad…?
Texto cínico, el Corán. Propio del canalla más grande que haya parido la humanidad. Nadie se le iguala. Su éxito es lo preocupante. La muchedumbre de sus seguidores. La ‘umma’. Las tinieblas y la muerte. Los sombríos. El Corán les da el lenguaje, los legitima. Los pone en marcha contra el otro. Quieren pisar cuellos, oprimir, humillar. La ‘umma’, la ‘ecclesia’ musulmana. Tienen el dios y el profeta que les corresponde. Ellos son así. Mahoma es el carnero guía para tal rebaño, el modelo ‘ideal’ de ese rebaño. El dios del odio, y de la venganza, y del rencor, les pastorea -el más cruel y sanguinario. El que animaba a Mahoma. Mahoma mismo, su creador.
Es el lenguaje del rencor y de la venganza. Es el lenguaje del que odia. Es el lenguaje del que quiere sangre. Es un dios terrorífico, es un profeta terrorífico y sangriento. Eso es lo que tenemos con Mahoma. Es el dios de la violencia, de la crueldad. Es el dios del que odia y guarda rencor. El profeta dio rienda suelta a su odio y a su sed de sangre, a su voracidad, a su codicia, a su lujuria, a su vanidad… El dios le permitía o le ordenaba todo lo que deseaba. La parte del botín, las mujeres… los asesinatos…
¿Cómo alguien puede ser musulmán, quién…?
Hay que carecer de nobleza y de belleza espiritual para ser conscientemente musulmán. Hay que ser un canalla. Cuanto más consciente, más canalla. No se sabe a quién excluir de la ‘umma’. Los idiotas, quizás. La muchedumbre guiada, conducida por las autoridades religiosas. Multitud de peones. Ciegos, fanatizados. Los clérigos, las autoridades religiosas son los responsables de su educación. Desde su infancia están en sus manos. Hombre y mujeres envilecidos y degradados, eso es lo que producen.
Sin embargo, y pese a su entorno y a su educación, muchos y muchas han despertado. Su espíritu noble les ha despertado y les ha sacado de allí. Su fondo de nobleza y de amor a la verdad, su espíritu de justicia. Su claridad, su luz natal, su genio propio. Su naturaleza clara y noble. Ibn Warraq, Amil Imani, Wafa Sultán… entre muchos, entre cientos, entre miles; hombres y mujeres valientes. Aunque no son suficientes. Se necesita más luz. El monstruo de los monstruos debe caer, los pueblos deben ser liberados. De Indonesia a Marruecos. Una gran revolución cultural en todo el ámbito islámico, contra la opresión espiritual y el poder de los clérigos o autoridades religiosas extranjeras. Contra el Corán, contra Mahoma, contra la colonización árabe-musulmana. Contra el dominio espiritual extranjero. Contra los que destruyeron sus culturas y le impusieron una ajena. Contra la primitiva alienación.
¿Es posible esto en el ámbito islámico, tal revolución cultural? Aquí no tiene que caer más que la cabeza del monstruo. Es un símbolo el que debe caer, el que debe dejarse atrás. Se puede salir. Los pueblos pueden dejar atrás modos y formas del pasado sin violencia; dejando caer, simplemente. Alejándose paso a paso de ese período. Esa transición pacífica les deseo a los pueblos islamizados: a Irán, a Egipto, a Irak… Pueblos cultos, con larga historia. Egipcios, fenicios (libaneses), sumerios (iraquíes), turcos, persas, indios, indonesios…
Invoco aquí la antigüedad y la sabiduría de estos pueblos. La ancestral y autóctona. Que brille, que renazca y se oponga al poder espiritual extranjero. Que los pueblos tengan en cuenta su historia, y que no nacieron con el islam.
Amigos, es una guerra secular, milenaria. En esta guerra son los pueblos los que han perdido en cada batalla, en cada momento de expansión de algunas de las ideologías totalitarias religiosas o políticas, en cada oleada. Los pueblos hemos sido destruidos, pisoteados, humillados, y espiritualmente (culturalmente, simbólicamente) alienados. Es desde las culturas étnicas que tenemos que librar esta última batalla. Desde lo nuestro, en defensa de lo nuestro ancestral y autóctono. No nos dejaremos arrebatar el legado milenario. Nunca más.
Todos los pueblos deben aprestarse a librar esta batalla contra el islam, el último rostro de Tánato. Contra las tinieblas, contra los tenebrosos. Contra el horror. Es la última batalla.
*Un espacio desde el cual reanudar nuestra historia. Cada pueblo. Un planeta con multitud de pueblos y culturas. Fuera de los laberintos del neolítico. Un período de abundancia y prosperidad para los pueblos. En el futuro.
Pero ahora estamos obligados a luchar contra la sumisión que viene; contra la amenaza islámica. Contra la muerte y el olvido. Contra la pesada noche que se alarga en demasía; contra la mala noche.
Contra Tánato, Surt, Vritra, Tifón. El islam es su último rostro. El que con violencia retiene en su reino sombrío a la nueva aurora, al nuevo sol, al nuevo día.
Tenemos que avanzar y hacer retroceder a las tinieblas, o las tinieblas nos destruirán. Los pueblos nos jugamos nuestro futuro, nos jugamos nuestra misma existencia.
En este período de transición, en esta aurora. Que no se prolongue más la noche. Decidíos por la claridad, la transparencia, el día. Decidíos por el futuro.
*La destrucción de nuestra memoria, de nuestras identidades culturales. Pues el mundo comienza con el islam, como otrora comenzó con el cristianismo. La nueva era cristiana, la nueva era musulmana. Anulación de la historia milenaria, así como de la sabiduría acumulada; pertenecen al tiempo de la ignorancia, son obra del diablo (para unos como para otros). Se satanizan, niegan, deforman, o destruyen, las culturas ancestrales (dioses, antepasados…). Que cada pueblo considere su caso.
Una nueva edad sombría se nos aproxima, liderada esta vez por el islam. Una larga noche, un invierno supremo. De nuevo.
No logramos deshacernos de las tinieblas y de la muerte.
Un esfuerzo supremo, a su vez, tendrán que hacer los pueblos para deshacerse de las tenebrosos, de los sombríos.
Primero, recomponer la maltrecha línea ancestral. Los pueblos cristianizados o islamizados. Enlazar con los antepasados; con los tiempos previos, anteriores. Con los tiempos condenados. Recuperación de la memoria. Dignificación. Desde el momento presente.
*¿Qué argumentos usar con los europeos? ¿Cómo advertirles de la peligrosa situación en la que se encuentran sin que te tomen por loco, o por racista? El islam es un enemigo real. Lo tenemos en casa. Crece, y se desarrolla, y se fortalece, en nuestro interior. Algún día podrá con el anfitrión, y lo abatirá. Podrán con nosotros. No quiero ni pensar lo que les queda a nuestros hijos, a nuestros nietos… En minoría. En su propia tierra, en su propio hogar.
No es sólo una guerra ideológica la que nos planta el islam en nuestra propia casa, es también una guerra demográfica. Cambiará el sustrato étnico y lingüístico-cultural de nuestro continente. La Europa europea desaparecerá. Los europeos milenarios desapareceremos. Nuestra cultura se pudrirá en los anaqueles, en los museos, en los laboratorios… Nuestra cultura, nuestro sentido, nuestro ser simbólico milenario. Como si nunca hubiéramos sido.
*No debimos darle ninguna oportunidad, no debemos darle ninguna más. Tenemos que comenzar la repatriación desde ya. Devolverlos a sus países de origen, al Muspel, al infierno de donde proceden. No traen sino la miseria y la muerte. Librarnos del peligro ideológico y demográfico que supone la población musulmana extranjera en Europa.
Todo el cuidado de los países occidentales con el ámbito geopolítico islámico, fuente de recursos energéticos. La población europea o los intereses económicos europeos en el ámbito islámico. Ese chantaje. Los gobiernos tienen las manos atadas. Hemos llegado a tal punto que cualquiera de las medidas que se establezcan para librarnos de la población musulmana extranjera nos causará problemas. Internos y externos. Problemas económicos, y problemas militares. Dentro y fuera. Es la inevitable guerra que viene, que ya es.
Las medidas que se tomen en su momento, pues se tomarán, nos traerán aún más problemas con los países musulmanes. Hay que estar preparados. Europa limita al sur y al este con estos países (el sur africano y el este asiático –Turquía, Cáucaso, Asia central). Estas fronteras deberán ser reforzadas. Es la línea de avance de las tinieblas.
Es necesaria una nueva generación de políticos capaces de enfrentarse a los retos que nos vendrán con la población musulmana extranjera. Políticos valientes. Y un pueblo valiente, para lo que se nos aproxima. Una actitud valiente y decidida frente a la amenaza islámica; de todos y cada uno de los europeos. La política contra el islam tendrá que estar más allá de las ideologías de los partidos. Unidad europea frente al islam. En su momento, todos estaremos enzarzados en esta ‘guerra’. Todos estamos amenazados, todo lo nuestro; nuestro pasado, nuestro presente, y nuestro futuro.

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